En suma, si yo hubiera abandonado la plaza cuando se
acercaba el ejército francés, habría perdido sin combatir toda
mi artillería pesada y la mayor parte del contenido de mis
almacenes y esa pérdida habría causado gran desmoralización.
Teniendo en cuenta todas estas circunstancias se comprenderá
que, con gran repugnancia de mi parte, me vi obligado a
aceptar el sitio.
Dos o tres días después del reconocimiento hecho por el
Gral. Curtois d'Hurbal, se movió toda la fuerza francesa y
traidora y comenzó a establecer su línea de contravalación. El
Gral. Bazaine llegó al campamento francés sobre Oaxaca el 15
de enero de 1865 y asumió, desde luego, el mando en jefe. Los
franceses ocuparon primero lo que ellos llamaban primer
dominante y cuyo nombre vulgar es el cerro Pelado Grande,
el Monte Albán y el pueblo de Xoxo y siguieron ocupando la
línea no con resistencia decisiva, pero sí con pequeños tiroteos
por parte de la plaza, que tendían a impedir o dificultar sus
obras hasta cerrar su línea en San Felipe del Agua, que ocupó
el Gral. Jeanningros con los batallones cazadores de África de a
pie y legión extranjera.
El mariscal Bazaine estableció su cuartel general, al co-
menzar el sitio, en el pueblo de San Jacinto de Amilpas y
cuando lo hubo estrechado, lo trasladó a la hacienda de
Montoya.
Calculo que la fuerza que tenía Bazaine, al cerrar el sitio,
ascendería a unos 9,000 hombres del ejército francés y cosa
de 1,000 traidores, siendo los últimos de caballería. Al perder
mi caballería, me quedarían en la plaza 2,800 hombres, según
he dicho ya.
La fuerza sitiadora se aumentó en los últimos días del
sitio porque sin duda, cuando el Gral. Bazaine hubo estrechado
su línea y adelantado sus obras de aproche y tal vez fijado
día para el asalto, comenzó a detener a las fuerzas que llegaban
como escoltas de los convoyes que se le enviaban, que eran